Raquel Arbeteta

Me gusta escribir

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Alegrías de escribir

A veces me pregunto por qué escribo.

La mayoría de las veces me respondo que es para sacarme algo de dentro. Una espina que deja de sangrar cuando te la arrancas, porque una historia que se cuece en el pecho se siente del mismo modo: como un dolor pequeño pero constante que o se olvida y enquista o solo hace la herida más grande.

Pero la realidad es que, a pesar de lo mucho que adoro el proceso de escritura, hay otro que me da todavía más alegrías. Y no me refiero a recibir el sí, corregir (por dios que no lo es), verlo en papel o en los estantes de librerías (y eso que ese instante es para llorar de felicidad).

Mirad qué cuco en Taiga, donde fue su presentación el 11 de marzo
Y que te presente una de tus mejores amigas es otro rollo

Todos esos momentos son maravillosos, pero hay una ilusión por encima de ellos: que te lean.

Ese sábado, la librería se llenó de lectores (y hasta que no vi pruebas gráficas no me lo creí)

El 9 de febrero salió mi novela y he recibido muchas alegrías desde entonces, pero la que sigue superando a los miedos relacionados con no volver a publicar o a que esto sea el mayor éxito que alcance (que no sería poco para mí) es la que siento cuando una lectora o lector me envía un mensaje o escribe para decirme que está leyéndome o me ha leído.

Una lectora la mar de bonica~

Todos los días en redes recibo mensajes y comentarios de lectores anónimos que hacen reseñas o buscan mi nombre y me dejan un texto, y no sabéis lo inmensamente feliz que me hace eso. Muchos hasta me hablan como si fuera su amiga, como si al haber compartido esa novela que he creado y ellos han leído se hubiera establecido una relación entre nosotros. Y es que, , la hay: y es esa conexión y no otra cosa lo que aviva mis ganas de sentarme de nuevo frente al ordenador para crear.

Me regalaron flores y libretas, y a cambio firmé muchos librines

Por eso, muchas gracias a todas las personas que me escribís para hablarme de Hope, Cayden y los demás, para chillarme entusiasmados, pedirme más historias (Alisa y Ezra, Evelyn y Brooks…) o comentar lo que más os ha gustado (o desesperado).

Parece que ahora ya he contestado a mi duda del principio: quizá escribo por vosotros.

Nos leemos~

Leer por placer

Hay muchas razones por las que leer un libro. Por obligación (todos lo hemos hecho, en nuestros años estudiantiles y más allá), para aprender, por ansia de conocimiento sobre un tema en concreto (o una época), para hacer favores (tu amiga escribe y quieres hacerla feliz, sea cual sea el resultado), para mejorar en tu escritura, para calmar tu soledad… y por placer.

Creía que esta última razón estaba más que clara. De hecho, seguramente te haya venido a la mente antes que todas las anteriores y que incluso haya lectores que solo contemplen esa. Es decir, que solo lean para pasar un buen rato y olvidar sus problemas.

Y si es así, ¿por qué hay gente que se empeña en criticar los libros que proporcionan puro placer a determinadas personas? Porque no me canso de leer comentarios parecidos en redes.

Que si no hay mensaje, no es literatura. Que si no cumple unos «mínimos de calidad» (¿qué mínimos? ¿Qué calidad? ¿Pero tú quién eres, Tolstói?), no merece la pena. Que si el género es X, pues es una basura. Que si leer historias entretenidas y no novelas que traten sobre un tema profundísimo es perder el tiempo…

Animated GIF - Find & Share on GIPHY | Bebé sinclair
Tenéis a Bebé Sinclair hasta los cojones

Nadie diría que tomarte un café con un amigo y charlar con él es perder el tiempo. No importa que tu amigo no sea la persona más inteligente del universo, la más buena o atractiva. ¿Qué más da? Te lo pasas bien, te ríes, le escuchas, igual hasta lloras con él, y te vas a casa con una sensación de pura satisfacción.

Pues lo mismo sucede con las lecturas por placer. Y nadie debería menospreciar ese tiempo de felicidad. Porque carece de importancia cómo sea tu amigo… o ese libro. Porque tú lo has disfrutado, y eso basta.

Y que digan misa.

Baby Sinclair GIFs | Tenor
O si no, os clavamos un tenedor en la mano,
panda de elitistas

He escrito historias con el simple objetivo de entretener a los demás y otras en las que quería tratar un tema en concreto, mostrar una evolución de personaje o bien una época que me gusta. Y todas son igual de válidas. Cada una tendrá un tipo de lector e incluso el mismo que, dependiendo de su estado de ánimo, le gustará más o menos en determinado momento. Esa certeza, en sí misma, es un alivio. Porque no hay una sola forma de entender la literatura ni tampoco la felicidad que ésta nos proporciona.

Ojalá los libros no dejen de hacernos sentir bien, independientemente de las críticas.

Nos leemos~

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