Terminó octubre, empezó noviembre y yo no he dejado de leer. ¿Y qué diablos he leído?
Todo cosas buenas, la verdad. Hace tiempo que pasó la época en la que me obligaba a mí misma a terminar cualquier libro que empezase. Ahora sé que, si no me gusta, quizás es que no es para mí. Al menos, todavía. Puede que lo sea en un futuro, como me pasó con Crimen y Castigo: hay buenas historias que necesitan su momento (y no, ni con 12 ni con 84 años eres capaz de leer cualquier novela por mucho que tu vecina Mari la del quinto se leyese el Quijote en la cuna).
Sin más dilación, os enseño a continuación las lecturas que han protagonizado estos dos meses. Dentro del Leo Autoras Octubre, no leí todos los de la lista, pero sí la mayoría.
Octubre

Rebelión roja es una novela de ciencia ficción juvenil que nos presenta a dos personajes, Dante y Eria, que se ven envueltos en una “guerrilla” por la independencia de Marte. Me ha resultado una historia muy amena, con personajes con voz propia. Mi favorito ha sido Dante, quizás porque es el tipo de personaje que me camela, pero ambos tenían sus objetivos y deseos, y Eria también me ha parecido muy interesante. Puede que en esto no coincida con otros lectores, pero a mí el final me ha dejado satisfecha; creo que era el que debía ser. La portada y la edición, por cierto, son exquisitas.
El poemario “26” de Andrea Tomé lo devoré en un día. No suelo leer poesía, pero está claro que tendré que hacerlo más, porque desde que me atreví con Rupi Kaur, no dejo de encontrar maravillas. Los poemas son en inglés, pero que eso no os eche atrás: son fáciles de traducir. Además, ayuda el hecho de que tocan temas muy cercanos, al menos para mí. Ha sido una sorpresa muy dulce.

Del amor y otras pandemias, de Myriam M. Lejardi, es una comedia romántica con representación LGTB. Y fue una auténtica pasada. Lo leí en apenas dos días (puede que hasta fuese uno…) y me lo pasé bomba. Me olvidé completamente del mundo entre sus páginas. Me reí, me emocioné y quise matar a un personaje con el que al final quería casarme (David, mándame un whatsapp, tienes mi número, bribón). Sé que lo voy a releer, sobre todo un día en que necesite un refugio: eso es lo que representa para mí este libro~
Además, la edición es una preciosidad, con las ilustraciones de Yolanda Paños que separan los capítulos (¡además ilustra la portada!). También Toño, el gato sphynx que adorna las esquinas y se va moviendo. Lo que digo: una cu-ca-da.

Por mi cumpleaños me regalaron Los nombres epicenos, de Amélie Nothomb. No es una sorpresa lo mucho que la adoro. ¿Y este libro? También. Apenas llega a las 100 páginas (con la típica edición de Anagrama, que tiene una letra que podría leer mi madre sin usar sus gafas de cerca y márgenes donde puedes jugar al ahorcado), así que lo leí también en un día. Con el estilo típico de Nothomb y esos personajes que tienden a las emociones más extremas (incluso absurdas), seguro que lo disfrutan los fans de la escritora, igual que yo <3
Con Aracnofobia, de Irene Morales, me lo pasé en grande. Es una historia corta con aire fanfiquero que, de verdad, se me hizo increíblemente corta. Cuando terminé fue como ¡¿ya?! Y, a la vez, así es como debía acabar (mi imaginación hará el resto). El tipo de mundo (contemporáneo, aunque con algún matiz a medias entre la fantasía y la ciencia ficción), el tema de las almas gemelas, el estilo… todo el conjunto hizo que no dejara de darle vueltas a la historia hasta días después de leerla.
El niño, el topo, el zorro y el caballo es un libro particular; no es una novela al uso. La edición es una delicia, y aquí es más importante si cabe, ya que es una obra de arte en sí misma: hay poco texto (que no contenido), por lo que las páginas se llenan de dibujos del mismo autor. ¡Y hasta la letra está escrita a mano por él! Es una joya que releeré con el paso del tiempo. Me recordó un poco a Donde viven los monstruos. Es de ese tipo de obras que parecen infantiles, pero en el fondo están dirigidas a un público adulto.
Noviembre
Este mes he leído algo menos, pero los libros eran más extensos. Me han encantado. TODOS. Han sido tres, ¡pero qué tres!
¿Ciencia ficción y mitología? Por favor y gracias. La flor y la muerte reinterpreta el mito de Hades y Perséfone con una historia de amor entre dos chicas que están envueltas en una lucha por llegar a la cúspide de poder del gobierno de Marte (y todo el cosmos conocido), liderado y gestionado por los llamados “Servicios”. Cada uno se basa en un dios o diosa del panteón griego. ¿Estáis chillando ya?

Me ha parecido una historia trepidante, con vibes a Los juegos del hambre en sus inicios y un giro de tuerca a partir de la mitad. Lo que más destacaría, al margen del worldbuilding (con muchos guiños a diferentes mitos), son los personajes. Hasta los que salen poco se te quedan grabados. Creo que lo que más dominan sus autoras es la variedad que presentan en pocas pinceladas. Mi favorita es, sin duda, Ianthe. Me sentí muy identificada con esta «Perséfone» y también con su evolución. Las autoras le aportan esa independencia de carácter que no tiene el mito original u otras reinterpretaciones.
Este libro es el primero de una saga, ¡así que estoy deseando leer el siguiente!

Escuadrón ha sido toda una sorpresa. Me lo prestaron hace ya varios meses, pero nunca veía el momento de ponerme con él. Como había terminado un libro de ciencia ficción, quería ponerme con otro y… Guau. Me ha enganchado muchísimo, no podía soltarlo. Spensa es una protagonista que me recuerda un poco a Lyra, de La materia oscura: fuerte, con las cosas claras, algo sabionda y segura de sí misma, pero con unas circunstancias familiares que no le ponen las cosas nada fáciles. Es decir, que la he adorado. Pero mi personaje favorito ha sido su mentor, Cobb. Y el final. Ese final. Estoy deseandito leer el segundo tomo de esta tetralogía de space opera, y creo que la tercera parte sale el verano que viene. Señor Sanderson, alégrenos el 2021, gracias.
El último ha sido Perseidas, una novela corta de terror/misterio de Andrea Prieto. Ya había leído a la autora antes y la sinopsis y portada de esta novelette llamaron mucho mi atención. Llegó a casa y quería esperar a leerlo en Navidad, solo que me aventuré a leer el primer capítulo… y antes de que pudiera darme cuenta, ya lo había terminado. ¡Os lo recomiendo al 100%! La única pega que le pongo es que es demasiado corto. Me hubiera encantado seguir leyendo sobre la isla de Narida, sobre todo ese mundo plagado de estrellas que caen del cielo en forma humana. No sé si se encuadraría dentro del realismo mágico (no soy una experta), pero Andrea perfila mucho con muy poco y consigue que creas estar paseando entre esas calles donde la magia y el consumismo se entremezclan tan bien que parece que algo así podría llegar a ocurrir.
¡Y con esto termino mis lecturas de octubre y noviembre! Espero que os hayan gustado.
Nos leemos~