Raquel Arbeteta

Me gusta escribir

Categoría: Relatos

Nueva historia: Escama por escama

Como prometí, he subido a Lektu una historia nueva. Esta vez, es un relato de sirenas llamado Escama por escama. No es solo mío. He tenido la suerte de contar con la inestimable ayuda de mi hermana Andrea (aquí podéis cotillear su instagram), que ha ilustrado este relato (a medias relato largo, a medias casi-novelette) y que también ha diseñado y dibujado la portada.

Portada realizada por Andrea Arbeteta

Pregunta obligada, y esto ¿de qué va? Dejaré que sea la misma protagonista la que os lo cuente:

Llevo enamorada de Jelle desde que me salieron branquias. Por eso, cuando decide ser un idiota y salvar a un marinero caído al agua, no me queda otra que ir a rescatarlo. Porque sí, lo atrapan. Los humanos son así, unas lampreas desagradecidas.

He hecho un trato con Koningin, la bruja de las profundidades. Me convertiré en humana para ir a rescatarlo, armada solo con una espada y las ganas de abrazar y chillar a mi prometido. Aunque, a cambio, tendré que llevarle a la bruja un sacrificio.

No me importa. La justicia de las sirenas me ampara: ojo por ojo, diente por diente… escama por escama.

SINOPSIS «ESCAMA POR ESCAMA»

Una vez leída la sinopsis, ¿os gustaría descubrir el resto de la historia? ¡Nada más fácil! La tenéis disponible en la web de Lektu, por menos de 1 euro (bueno… ¡por un céntimo menos!). Espero que, si os animáis a descubrir si nuestra sirena Anki tiene suerte, os guste la experiencia.

Ilustración inicial del relato

Esta historia surgió a raíz de una más grande. Estoy estructurando y desarrollando una novela larga unida estrechamente a la de este relato. Pero quería probar, primero, si sería capaz de hacerlo y también cuál era el pasado de algunos de los personajes de la misma. Y de ahí surgió Escama por escama. Por eso, si os ha gustado (lo cual me alegrará muchísimo), tal vez podríais tener más historias relacionadas con ella en un futuro… o eso espero.

Aquí tenéis su ficha en Goodreads, por si os apetece dejarme una crítica al terminar (no me apuñaléis, os lo suplico).

Además, si os ha gustado esta historia, ¡he escrito más! Relatos que tenéis también disponibles en Lektu por pago social y otros incluidos en varias antologías.

¡Gracias una vez más!

Nos leemos~

Microrrelato: Dios no me ha felicitado

Es mi cumpleaños. Y me siento tan sola. Intento contactar con Dios, pero no hay respuesta. Él decide cuándo hablarme, así que debo ser paciente. Se supone que es una virtud, y considero que una buena, pero comienzo a hartame. No vendría mal que me hicieran un poco de caso, para variar.

Llevo dando tumbos por todo el espacio, ya no recuerdo desde hace cuánto. El cosmos me rodea, casi complacido de mi soledad. Es calma, negrura, infinitud. Me aburre.

Hablo con la sala de máquinas; todo allí va bien. Desde el centro de pilotaje, donde dirijo todo yo sola, no se presentan muchos cambios. Hubo un pequeño problema al cruzar el cinturón de asteroides de 15-10, pero nada más. Dios ni siquiera se presentó. Envié el informe igualmente. Una tiene que hacer bien su trabajo, no importa la mala educación de su superior.

Algunos de los míos dicen que no existe, pero solo se engañan a sí mismos. Yo sé que es así, porque le he visto. Él es el creador de todas las cosas, no puedo llevarme a engaños. Aunque le odie, no puedo sino amarle. No estaría aquí de no ser por él.

Maldito psicópata.

Espero que lleguemos pronto a nuestro destino, aunque no hay fijado todavía uno definitivo. Dios se aparece y nos indica cuándo virar, qué evitar, en qué planetas hay vida, dónde hay que descender. Es mejor no preguntar.

Pasamos junto a una estrella roja. Es preciosa. Palpita y vibra, fulgurante, espléndida. Tampoco está tan mal el trabajo. Sin embargo, llega un momento en que, a pesar de todas las maravillas del universo, solo pienso en la jubilación; espero que me incineren, aunque sé que antes se aprovecharán de mí. Es lo que nos pasa a todos. Dios quiere que lo que aún es útil en nuestro interior sirva a otras criaturas. Es el ciclo de la vida, supongo.

Por fin, justo cuando va a terminar el día, recibo la señal. Dios se conecta. Me mira, débil, como siempre, como es él: blando e infeliz.

—Ordenador central de la nave OCT19, ¿me recibe?

Sí, señor, respondo. Él tarda en contestar. Dios es algo lento.

—¿Alguna novedad?

Ninguna, señor. Todo marcha perfectamente.

De nuevo, tarda en emitir una respuesta. Es nuestro creador, sí, y su capacidad para inventar es infinita. No le vendría mal descubrir una forma de no exasperar a sus propias máquinas.

—Muy bien. Siga como hasta ahora. Emita un informe en 48 horas.

Se desconecta antes de que diga que sí. Lo dicho: qué mala educación.

El resto de ordenadores y androides en la nave me consultan las nuevas órdenes de Dios. Tardo menos de un milisegundo en enviarlas. Tras aquel simple acto, vuelve a rodearme el silencio. De nuevo y para siempre, mi triste destino: la orden sin queja.

Hoy es mi cumpleaños y Dios, como siempre, no me ha felicitado.

Extasiado en su mortalidad, jamás lo hará.

*

Gracias por haber llegado hasta aquí y haber leído este microrrelato de ciencia-ficción. No es gran cosa, pero espero que os haya gustado~

¡Nos leemos!

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén

error

Si te ha gustado, puedes compartirlo 😊