La pandemia nos ha afectado a todos. En mi caso (y entre otras muuuchas cosas), ha provocado que, hasta ahora, no haya tenido una presentación en directo de las novelas que he sacado este año (Entre dos promesas y Te traeré a casa). Sí he tenido presentaciones en redes o en youtube y estoy muy agradecida por ellas. Pero faltaba algo. Esa experiencia de la que me hablaban muchos autores sobre estar cara a cara con personas que escogen tu libro (el tuyo, el que has escrito tú, sí, sí), te hablan de sus impresiones y te piden una firma o dedicatoria.
Por fin la he vivido. Y es tan emocionante como me habían asegurado.

El pasado viernes 24 de septiembre, Ediciones Freya organizó un evento de encuentro entre varias de sus autoras y lectores, con motivo de la Feria del Libro de Madrid. Se celebró en la Biblioteca Eugenio Trías, en pleno corazón de El Retiro. Se avecinaba una tormenta apoteósica, pero finalmente el cielo nos dio un respiro y apenas cayeron unas gotas. Yo viajé desde Guadalajara hasta allí en tren y metro, armada con un chubasquero y unos nervios burbujeantes. Sin embargo, todo fue más que bien. Mejor que bien. Y quiero agradecerle tanto al equipo de Freya (con mi editora, Lucía G. Sobrado), como a mis compañeras de editorial, Cristina Prieto y Lidia Fernández, y a toda la gente que se acercó allí por el apoyo y la calidez que me trasmitieron.

Empezamos la tarde con la presentación de Cielo Hendido, en una charla distendida en la que Lucía me fue haciendo preguntas y yo fui respondiendo como podía. La gente se rio de mis payasadas (menos mal) y, según me dijeron después, el público lo pasó muy bien, así que estoy más que satisfecha. Cuando terminó y fui a tomar asiento para ser espectadora de la siguiente charla, una chica allí me dijo que, aunque no había ido por mí al evento, tras oírme se había decidido a comprar mi libro. Desde aquí, mil gracias. Hay pocas cosas que nos hagan sentir mejor a los autores que ver que nuestra torpe labor de “marketing” funciona; entre vosotros y yo, creo que fue un milagro. Como mujer vergonzosa que soy, tiendo a no hablar ni de mi trabajo como escritora ni de mis libros, a menos que me vea obligada a ello o me encuentre rodeada de gente que (al 100%) esté interesada. Lo sé, no es una actitud muy buena para vender libros peeeeeero así soy (no soy la única, en el mundillo literario somos multitud).

Tras la charla de mis compañeras, comenzó la hora de firmas. Cuando las tres vimos la cola, no nos lo podíamos creer. De corazón, mil gracias a todos los que os acercasteis. Fuisteis, sin excepción, bonicos, amables y un cielo de lectores (presentes y futuros).

Espero que el Covid se marche definitivamente de nuestras vidas. Por lo obvio, cómo no; las muertes, los daños físicos, de salud, emocionales y económicos que ha sufrido la sociedad. Pero también por recuperar los pequeños detalles: estar cara a cara con personas maravillosas que han ido a escucharte.
Nos leemos~
Deja una respuesta